El lanzamiento de «MANTARRAYA» por Gaori, el 25 de junio de 2021, trae consigo una profunda reflexión sobre la prisión mental que puede llegar a ser tan asfixiante como las cárceles físicas. La canción y su video musical crean un puente entre la lucha interna y la de un ser alado que, paradójicamente, no puede volar: la mantarraya.

La letra de la canción es un grito de desesperación y anhelo de libertad. La protagonista busca el sol, símbolo de sus sueños y esperanzas, pero se siente atrapada en un mar inmenso que la sumerge en la desolación. La imagen de la mantarraya que se impulsa desde el fondo solo en ocasiones refleja la lucha interminable por alcanzar la superficie y respirar, un intento de volar que se ve frustrado por una realidad aplastante.

Las palabras «Mis alas no me llevan a ningún lado, tengo que huir, todo está arruinado» revelan una sensación de impotencia y la necesidad urgente de escapar de esta prisión emocional. La repetición del nombre «Mantarraya» a lo largo de la canción enfatiza la identificación con este ser marino atrapado en su propio mundo.

El video musical añade una capa adicional de significado al tema. Transforma espacios, quizás imaginarios, en representaciones de cárceles, manifestando visualmente el conflicto entre la libertad anhelada y la realidad opresiva. La mantarraya, siendo un animal alado que no puede volar, encarna la paradoja de un deseo inalcanzable.

La música y la letra de «MANTARRAYA» de Gaori crean una experiencia emocional que resuena en aquellos que han sentido la agobiante sensación de estar atrapados en su propia mente. La canción invita a la reflexión sobre nuestras propias luchas internas y la búsqueda constante de la libertad en medio de la tormenta mental. Un mensaje poderoso que, al igual que la mantarraya, nos impulsa a no dejar de intentar volar, aunque nuestras alas parezcan inútiles en momentos de desesperación.